Entrenando cuerpo y espíritu

El día había transcurrido sin problema alguno, una clase de inglés, otra de japonés, cálculo y física fueron las trivialidades con las que hoy Mitsuomi se ha tenído que enfrentar. En este mismo instante el gran reloj de la escuela, que se podía ver desde las pistas marcaba las 7 y 20, obviamente eran las 19:20, dado a que el reloj del colegio era de agujas y solo marcaba doce horas.

El día se había cerrado en una oscuridad bastante temprana esto le ayudaba a estar más en harmonía con el silencioso paisaje, pocos eran los que esporádicamente aparecían por la pista de paso.

- Bien, calentemos. "La preparación muscular y su ejercitación antes de un entrenamiento es vital."- Recordó finalmente la premisa que su padre le decía antes de cada sesión en el Dojo familiar.

Tras estar corriendo alrededor de un cuarto de hora el joven Takayanagi se acercó a una explanada verde en la que la descalzándose comenzó a estirar los músculos uno a uno.

- De arriba a abajo y con rebote, para activar bien los músculos, de forma ordenada y correcta. -Recapacitaba el muchacho mientras realizaba un estiramiento tras otro y relajando el tiempo necesario el músculo para su perfecto estado.

[Topic personal, no importa si alguien postea, hará más entretenida la trama, si nadie postea hoy a las 12:00 lo acabaré.]

Taiki bajó desde su habitación hasta las pistas deportivas. Allí había alguien corriendo, parece ser. ¿Habrá clase o algo? No puede ser.. lo sabría. Se sentó por los alrededores y decidió preguntar:

Ey. - intentó llamar la atención del chico - ¿Hay clase o algo?

Cuando Mitsuomi se dirigia a comenzar sus ejercicios de artes marciales se percató que un muchacho se acercó hasta su posición y se sentó en el césped, tras estar un par de segundos en silencio le habló.

- Ey, ¿Hay clase o algo?- Escuchó del joven de cabello castaño. Sin interrumpir su primera posición de combate Mitsuomi susurró. - No.- Para proceder con un puñetazo al aire y así distintas combinaciones de patadas y puñetazos, todos visibles pero rápidos.

Al acabar esa primera tanda dirigió su cabeza hacia el joven. Era Taiki Shiro, antiguo compañero suyo, si mal no recordaba llegó sobre 3º de la ESO, no era mal estudiante, era el único aliciente por el que recordarle. - Simplemente estaba entrenando Shiro-san.- Dijo con voz neutral y usó una postura de combate distinta a la primera.

Se rascó la cabeza.

¿Entrenas simplemente por placer? - preguntó, sin comprender realmente porque razón estaba entrenando - No es un poco... ¿aburrido?

Lo dicho sobre el muchacho le hizo venir imagenes a su cabeza.

Dentro de un Dojo se puede ver a Mitsuomi de pequeño con un hombre mayor, su abuelo, mientras el pequeño realizaba unos movimientos bastante lentamente.

- Más rápido Mitsuomi-kun. - Le decía el anciano mientras el pequeño sudaba unos goterones de sudor equiparables al granizo.

- No puedo más ojīsan, estoy cansado y esto es un poco aburrido, llevamos 4 horas con el mismo movimiento.- Se quejó el chico mientras recobraba el aliento gastado.

- Aish...- Suspiró el anciano. - No existe el aburrimiento para la ejercitación del cuerpo y la mente pequeño, solo la dedicación.- Sentenció el anciano con una sonrisa.

Y mirando con una sonrisa al joven recordándole a él de pequeño le dijo las mismas palabras que su abuelo le dijo en aquel momento.

- No existe el aburrimiento para la ejercitación del cuerpo y la mente pequeño, solo la dedicación.- Y comenzó su segunda tanda de patadas y puñetazos, en esta se podía observar más movimientos de agarre con los brazos.

¿Ha dicho pequeño?

Torció un poco la boca y arqueó una ceja.

¿Realmente sirve de algo entrenar tanto una parte determinada de tu cuerpo? - replicó - Yo tenía entendido que lo ideal era conseguir un equilibrio.

Cruzó las piernas como un indio.

Al finalizar su segunda kata miró al muchacho con aires de duda. El muchacho estaba sentado cuestionando su sistema de entrenamiento sin ni siquiera saber que había hecho antes, ni que es lo que hará al final.

- El entrenamiento es algo personal, cada persona debe realizar lo que más débil posee, pero dudo mucho que sepas las debilidades de una persona viendole entrenar 2 minutos, sin saber su pauta de entrenamiento ni el tiempo que lleva entrenandose.- Dijo Mitsuomi colocándo otra postura de combate, esta vez un poco más agachado, y procedió a unas rápidas ráfagas de patadas sin utilizar el tronco superior.

- ¿Has entrenado alguna vez tu cuerpo tanto como tu mente?- Finalizó al ver la complexión del muchacho, no demasiado ejercitada, y dió su última patada por encima de una altura superior a la de su propia cabeza.

Se echó un poco hacia atrás, algo intimidado.

No, la verdad es que no. - contestó - Soy un poco malo en los deportes, que quieres que te diga. Pero bueno, considero que el cuerpo hay que "entrenarlo" o cuidarlo lo suficiente como para poder vivir bastante tiempo. Los conocimientos son más importantes... para mi.

Se puso la mano en la barbilla, pensativo.

Aunque no pongo en duda lo que hace la gente como tú. Supongo que su función debe tener, aunque yo la ignore.

La conversación había pasado a un simple debate sobre el beneficio del ejercicio físico en el cuerpo humano. El muchacho era obvio que le daba más importancia al conocimiento psiquico que al entrenamiento físico.

- Una mente fuerte ha de poseer un cuerpo fuerte para poder estar desarrollada en un equilibrio perfecto. El conocimiento es como una substáncia contenida dentro de nosotros, que somos el recipiente, si el recipiente es frágil...- Dijo mientras daba un fuerte puñetazo al aire, perpendicular a la visión del chico sentado, con una perfecta ejecución y con un pulso excelente.- ...se rompe.

- Es sencillo un ejemplo obvio es la supervivencia. Imagina que el suelo ha comenzado a inundarse por una lluvia torrencial. Sin conocimiento no sabes donde puede guarecerte, con él, podrías ver que este árbol es resistente.- Dijo dándole palmadas a la corteza del árbol. - Y que deberías subirte a él para no ahogarte, pero...sin la suficiente fuerza física y entrenamiento físico nunca alcanzarás esa rama de allí.- Acabó señalando una rama a una altura de tres metros aproximadamente.

Taiki se sintió algo avergonzado al ver que tenía razón.

Si, tiene su lógica. De hecho tienes toda la razón. - contestó entre dientes - Explícame algo más sobre eso. ¿Desde cuánto hace que te entrenas?

Más conversación, nunca antes nadie le había exigido más de cinco minutos de conversación, a pesar de ser buen estudiante ningún compañero le había pedido apuntes, o que le explicase alguna cosa, pero este chico parecía que quería alimentar de nuevo su psique con más conocimiento.

- Llevo entrenando desde que tengo memoria, es mi destino. Si quieres saber más sobre algo detalla más tus preguntas, no soy de hablar demasiado, si se con precisión que buscas saber, seré más preciso en la respuesta.- Dijo Mitsuomi mientras comenzaba a hacer estiramientos de relajación.

- Este chico tiene ganas de hablar, mejor será que deje los yong para otro momento. - Comenzó a hacer los mismos estiramientos que al principio, pero ahora sin rebote. - Para relajar, de arriba a abajo y sin rebote, para no estimular más los músculos. - Pensó el heredero Takayanagi mientras miraba al chico.

Taiki miró el reloj. Ya era hora de irse.

Buff, yo creo que tengo que irme ya. - dijo - Quedamos un día de estos para hablar en la cafetería, ¿de acuerdo?

Taiki sonrió, y una vez Takayanagi se hubo despedido se marchó.

Shiro-san se iba marchando con algo de prisa, mientras Mitsuomi miró el reloj de la escuela ahora era más costoso mirarlo, la oscuridad comenzó a hacerse notar dificultando la visión.

- ¿Las...ocho y media? Vaya, tendré que ir a cenar algo. - Pensó mientras iba caminando dirección a la habitación, ¿Qué cenaría hoy? Era la pregunta que le pasaba por la cabeza, tendría que mirar el correo para ver que le había aconsejado el entrenador de la familia y enviarle los ejercicios de hoy para hacer el balance del dia.

Finalmente sonriendo salió de las pistas de la Etoku un poco más feliz, alguien se había interpuesto en su ejercicio pero almenos había ganado algo, una conversación.