Que bonita es la costa cuando se va el sol

- Que bonita es la costa cuando se va el sol - dijo en alto ya que estaba sola.

Se puso a mirar las estrellas y a pensar todo su pasado... Sus lagrimas caian sobre su cara.

Fye llegó a la playa. Hacía una buena noche. En la playa había una chica. Era Sachiko.
-Deberías dejar de hablar con el mar, muy productivo no debe ser. Hola. -Sonrió Fye mientras se acercaba a la chica. Al acercarse, se dio cuenta de que algo no iba bien. -¿Te pasa algo?

La chica se incorporó rapidamente y seco sus lagrimas. No iva a decirle todo... No sabia porque pero no se sentia segura. ¿Y si le sentase mal?

- Jum... nada... - dijo mirandole a la cara y sonriendo falsamente. Pensar en el pasado es malo.

-¿Sabes? Una vez me dijeron que siempre, pasara lo que pasara, sonriera si no quería preocupar a los demás. -Sonrió Fye.
-Por cierto, ¿has visto el atardecer? -Sonrió, mientras miraba al horizonte y se sentaba en la arena.

- Me lo perdí, y nunca he venido a la playa. - dijo entristeciendo su cara.

Se acurruco con las rodillas dobladas, mirando para el mar. Sentia verguenza por no decirle la verdad.

-Ya veo... -Dijo Fye, mientras intentaba decir algo que pudiera animar a la chica.
Se tumbó y miró el cielo. -Wah, cuántas estrellas~~ Esto no se ve desde el instituto, eh. -Sonrió

Se tumbó con el, sus cabezas estaban juntas, sentia un calor de una buena persona... Un sentimiento que ella desconoce. Miraba las estrellas atentamente...

- Que más da el insty ahora... - dijo y preguntó - Una pregunta tonta: si pudieras cojer las estrellas, ¿a quien se las darías?

-Quizá son demasiadas para una sola persona, intentaria repartirlas más o menospara toda la gente. - Empezó a decir Fye. -O bueno, eso es lo que me gustaría decir, pero creo que las guardaría para la gente importante para mí. -Sonrió.

La chica entristeció su cara.

- Vaya... Gente importante - dijo seriamente - ¿Que se siente al tener gente importante para ti?

-Pues es una buena pregunta. Desgraciadamente, no tengo respuesta para ella. ¿Tu a quién se las regalarías? -Preguntó Fye.

- Pues, es una pregunta que nunca podré responder... No tengo gente importante para mí y apenas os conozco a ti, Ryomou, Alex, mi compañera de habitacion y mi vocalista de grupo. - su cara se lleno de unas pocas lagrimas mientras miraba las brillantes estrellas. - Sobrarian muchas para mi...

Así que eso era... -Pensó Fye, mientras buscaba algo con que animar a la chica.
-Bueno, yo considero gente importante a mis amigos y a mi familia -excpeto a mi padre, pero mejor no se lo digo. -Dijo Fye. Luego sonrió: -Creo que tú estás dentro de uno de estos grupos, así que tendrías unas cuantas.

Sachiko queria contarle todo, pero no sabia como decirselo.

- Familia... - Mierda, no se como contarselo - seguia llorando, poco a poco sin tensión. - Yo te daria estrellas porque serias de los pocos que se lo merecen.

Fye se dio cuenta de que la chica seguía llorando, así que decidió hacer algo.
-Mucas gracias. -Sonrió. Luego dijo, mientras se levantaba y se limpiaba la arena: -Ahora voy a hacer algo para ver si te animas, no te asustes eh.
Luego, cerró los ojos y un par de alas salieron de su espalda.
-No te puedo dar estrellas, pero podemos acercarnos a ellas. ¿Vienes? -Sonrió, mientras le acercaba una mano. Luego añadió, tambien sonriendo: -Aunque me tendrás que guardar el secreto.

Sachiko se sorprendió. Cada vez le parecia más extraño el instituto... parecia la mas normal. Ella le dio la mano y se levantó. Estaba con los ojos brillantes.

- Es precioso... - dijo sorprendida con los ojos llenos de lagrimas - Te guardaré el secreto, no te preocupes...

-Bien, entonces podemos volar un rato. Créeme, al volar te sientes muy bien. -Sonrió, y la cogió en brazos. -Perdona que haga esto, pero es que si no te caeras.
Luego, alzaron el vuelo y sobrevolaron la costa.
-Mira, hay Luna llena. -Comentó Fye, mientras volaban por delante de la Luna.

La chica tenia los ojos llenos de lagrimas, pero de felicidad. Nunca habia vivido cosas así, nunca habia sentido ese sentimiento. Se acurrucó hacia Fye mientras sobrevolaban y miraban la luna.

- Puede que tu no te merezcas estrellas Fye, te mereces la Luna. - dijo mientras llora y sonrie de verdad - No pensaba que existia este sentimiento que te hace sentir tan bien... Me has echo descubrirlo.

-Yo a esto lo llamo felicidad. -Sonrió Fye. -Creo que será mejor que bajemos ya, alguien podría vernos. Pero te prometo voer a darte un paseo. -Sonrió, mientras ponía dirección a la orilla.

Ya llegaban a la orilla y puso pies en la tierra. Según bajó de de los brazos de Fye abrazó a este.

- Estoy deseando a volver a volar contigo. - dijo sonriente.

-Cuando quiera y sea de noche. -Sonrió, mientras las alas desaparecían en una lluvia de plumas.
-Por cierto, por si te lo preguntas, mi magia es del viento, y siempre me han gustado los ángeles, así que hago un poco más de cuento del que debería al volar. -Sonrió.

Sachiko se sentó en el suelo, estaba feliz pero no dava credito a lo visto. Acavaba de descubrir una palabra nueva, felicidad.

- Muchas gracias Fye... - sus ojos brillaban como si de dos estrellas se trataran.

-No hay de qué, mujer. -Sonrió.
Luego se volvió a tumbar al lado de la chica y miró al cielo.
-¿Sabes? Siempre me ha gustado el cielo. Te da una sensación de libertad... -Esto útimo lo dijo con un pequeño tono de amargura. -Y cuando hay el sonido de las olas, me relaja mucho. -Sonrió.
-¡Oh, mira! Una estrella fugaz. Hacía tiempo que no veía una. -Señaló al cielo.

Miraba al cielo viendo cosas nuevas, le encantó que hubiera tenido confianza en ella... Tumbada junto a el miraba las estrellas, como si cosas nuevas se tratara.

- ¿Y la Luna? ¿A quien se la regalarias? - preguntó tontamente.

-A un ratón, para que comiera todo el queso que quisiera. -Sonrió. Luego añadió: -Es broma, quizá me la quedará para mi como un tesoro. -Y volvió a sonreír.

Seguia mirando al gran cielo envuelto entre estrellas, como si de unir se tratase. Derrepente pasa otra estrella fugaz.

- No te pregunto para quien irian las estrellas fugaces, porque dirias que te las quedarias tú - dijo mientras soltaba unas carcajadas.